La conservación de embriones mediante criopreservación se ha vuelto un pilar fundamental en las clínicas de reproducción asistida modernas. Hoy en día, prácticamente todos los programas de fecundación in vitro (FIV) emplean la vitrificación de embriones sobrantes para preservar su viabilidad y brindar más oportunidades de embarazo a futuro. De hecho, la vitrificación por enfriamiento ultrarrápido se recomienda como el estándar de cuidado para la criopreservación de embriones humanos, dada su eficacia demostrada.
Esta técnica innovadora ha superado al antiguo método de congelación lenta, logrando tasas de supervivencia embrionaria tras la descongelación cercanas al 100% y tasas de embarazo equivalentes o incluso superiores a las obtenidas con embriones frescos. En otras palabras, un embrión vitrificado y correctamente conservado puede ofrecer prácticamente las mismas posibilidades de éxito que uno nunca congelado, lo cual ha revolucionado las estrategias clínicas (por ejemplo, permitiendo ciclos “freeze-all” o la necesidad de congelar mientras se esperan resultados de pruebas genéticas).
No obstante, conservar embriones vitrificados con garantías requiere adoptar buenas prácticas estandarizadas y apoyarse en la innovación tecnológica para mantener la máxima calidad biológica, asegurar la trazabilidad de cada muestra y optimizar los procesos del laboratorio. A continuación, repasamos las mejores prácticas reconocidas a nivel global en la gestión de embriones criopreservados – desde recomendaciones de organismos internacionales hasta avances recientes – y cómo el uso de software de infertilidad y software de reproducción asistida de última generación está mejorando la eficiencia, la trazabilidad y los resultados clínicos en este campo.
Las sociedades científicas de fertilidad y embriología (como ASRM y ESHRE) han establecido lineamientos claros para asegurar que la criopreservación de embriones se realice bajo condiciones óptimas de seguridad y calidad. Algunas mejores prácticas internacionales incluyen:
Protocolos estandarizados y personal capacitado: Es esencial contar con protocolos validados para vitrificación y desvitrificación, y entrenar continuamente al personal embriólogo en su aplicación correcta. Una técnica consistente y competente incrementa la eficiencia, la confiabilidad y la seguridad del procedimiento.
Los laboratorios deben realizar evaluaciones periódicas de competencia y auditorías de calidad sobre el proceso de criopreservación.
Identificación y doble verificación: Implementar doble verificación de identidad del paciente y muestra en todos los pasos clave – por ejemplo, en la carga de embriones a las pajuelas para congelar y en el momento de la descongelación – para evitar cualquier mezcla de muestras.
Etiquetado y registros completos: Cada vial que contenga embriones debe estar etiquetado de forma clara y permanente con la identificación única del paciente.
La documentación de embriones almacenados debe incluir información como la técnica de congelación utilizada, el tipo y lote de crioprotector, la etapa de desarrollo del embrión al congelar, el número de embriones por pajuela (idealmente máximo dos) y el número total de pajuelas almacenadas por paciente.
Monitoreo de tanques criogénicos: Un aspecto crítico de la conservación es mantener las condiciones ultrabajas constantes. Cada laboratorio debe contar con sistemas para monitorizar los tanques de nitrógeno líquido, incluyendo alarmas que avisen niveles bajos de LN₂ y sensores de oxígeno para detectar evaporaciones excesivas en el ambiente. Se recomienda ubicar los tanques en áreas dedicadas y controladas, y tener tanques de respaldo disponibles. Estas medidas ayudan a prevenir accidentes como la pérdida de frío no detectada a tiempo. Incidentes reales de fallos en tanques criogénicos – que llevaron a la descongelación de miles de embriones en centros de FIV – han sido atribuidos a controles inadecuados y falta de alarmas/redundancias, subrayando la importancia de este punto.
Auditorías e inventarios periódicos: Mantener un inventario actualizado de todos los embriones vitrificados es indispensable. Las guías sugieren realizar al menos una auditoría anual de las muestras criopreservadas, cruzando los registros de la base de datos con el contenido físico de cada tanque. Igualmente, los registros deben reflejar la ubicación exacta de cada pajuela (por ejemplo, número de tanque, canister, posición) dentro del criobanco. Llevar un control riguroso facilita localizar rápidamente una muestra cuando se necesita y detectar a tiempo cualquier discrepancia o pajuela extraviada.
Además de estos puntos, las clínicas deben implementar un sistema de gestión de calidad acorde a estándares internacionales. Contar con certificaciones como ISO 9001, o normativas específicas como la UNE 179007 (desarrollada en España para laboratorios de reproducción asistida), ayuda a garantizar que todos estos procesos estén protocolizados y se cumplan de forma consistente. Un sólido sistema de calidad asegura también el cumplimiento de la normativa europea en trazabilidad y seguridad celular, generando confianza tanto en los profesionales como en los pacientes.
La trazabilidad se refiere a poder identificar, ubicar y seguir el rastro de cada muestra biológica en todo momento. En un laboratorio de reproducción asistida, mantener la trazabilidad de ovocitos, semen y embriones es crucial para evitar errores de identificación, los cuales pueden tener consecuencias gravísimas. Las buenas prácticas indican que cada laboratorio debe tener un sistema eficaz y preciso para identificar y rastrear cada embrión de forma exclusiva durante cada procedimiento. Tradicionalmente, la trazabilidad se aseguraba mediante comprobaciones dobles realizadas por embriólogos (testigo manual). Sin embargo, el factor humano siempre conlleva algún riesgo de omisión o distracción, especialmente en laboratorios con gran volumen de ciclos. Por ello, en los últimos años se han adoptado ampliamente los sistemas electrónicos de testigo (Electronic Witnessing Systems, EWS) para respaldar o reemplazar la verificación manual. Estos sistemas utilizan tecnología de códigos de barras o identificación por radiofrecuencia (RFID) para etiquetar todos los elementos: tubos, placas, pajuelas y recipientes se vinculan al paciente correspondiente mediante códigos escaneables o chips RFID. Así, en cada paso (recuperación de ovocitos, fecundación, cultivo, vitrificación, transferencia, etc.), el sistema comprueba automáticamente que la muestra que se manipula coincide con la identidad del paciente correcto.
Los sistemas informatizados Witness de este tipo ofrecen una trazabilidad continua de todo el proceso FIV hasta la ubicación final de la muestra en el tanque de criopreservación, mediante una serie de pasos de “matching” electrónico. Cada evento (por ejemplo, mover un embrión de una placa a una pajuela) queda documentado digitalmente, formando una cadena de custodia completa. Esto no solo brinda mayor seguridad, sino que también mejora la eficiencia al eliminar las pausas necesarias para doble verificación manual. Un estudio comparativo reciente resaltó que el uso de testigo electrónico redujo entre 3 y 5 veces el tiempo invertido en verificaciones, en comparación con el procedimiento manual tradicional, agilizando significativamente el flujo de trabajo del laboratorio. Además, más del 78% de los embriólogos encuestados consideraron que el EWS mejoró la trazabilidad de las muestras y redujo errores de etiquetado, aportándoles “tranquilidad al terminar la jornada” al saber que ninguna etapa quedó sin corroborar.
La seguridad en la gestión de embriones vitrificados va de la mano de la trazabilidad. Esto implica mantener un control estricto de quién manipula cada muestra y cuándo, asegurando que ninguna muestra se extravíe o sea utilizada incorrectamente. Cada movimiento debe registrarse; por ejemplo, si un embrión vitrificado se transfiere, dona o descarta, el evento queda asentado en los registros tanto del paciente como del banco de embriones. Las clínicas más avanzadas también aplican análisis de procesos (failure mode and effects analysis) para identificar puntos críticos donde podría ocurrir un error de identificación, implementando medidas preventivas en consecuencia. En resumen, una trazabilidad robusta significa que en cualquier momento se puede reconstruir la historia completa de cada embrión – desde la obtención de los gametos parentales hasta su estado actual – con total certeza.
La tecnología juega un papel cada vez más destacado para optimizar la conservación de embriones y minimizar los riesgos asociados. Mientras que otros aspectos de la FIV (como la fecundación, cultivo e incluso selección embrionaria) avanzaron rápidamente, las áreas de almacenamiento y manejo de muestras criopreservadas se habían mantenido relativamente estáticas durante décadas.
Aún hoy, muchos laboratorios siguen usando tanques de nitrógeno tipo Dewar, inventados en el siglo XIX, y llevando el inventario de embriones congelados en planillas electrónicas o incluso en papel.
Este enfoque manual es propenso a errores y dificulta gestionar los volúmenes crecientes de embriones vitrificados que se almacenan gracias a estrategias como la preservación de fertilidad, los ciclos con congelación total (freeze-all) y el mayor uso de pruebas genéticas que requieren congelar antes de transferir.
Afortunadamente, nuevas innovaciones tecnológicas están irrumpiendo en el campo de la criopreservación para llevar la eficiencia y la seguridad al siguiente nivel. Algunas tendencias y desarrollos relevantes son:
Automatización y robótica en criogestión: Ya están disponibles los primeros sistemas automatizados de almacenamiento criogénico de embriones y gametos. Por ejemplo, en 2022 se obtuvo la aprobación de la FDA para una plataforma robótica que digitaliza la trazabilidad y monitoreo de embriones congelados.
Estas soluciones integran hardware robótico y software especializado para manejar las pajuelas dentro de tanques automatizados, controlando la temperatura y ubicación de cada muestra sin intervención humana. Estudios proponen que la automatización de los criobancos puede prevenir errores catastróficos que son posibles en procesos manuales (como mezclas, pérdidas o descongelaciones accidentales), al tiempo que mantiene las muestras continuamente bajo condiciones controladas y registradas.
Sistemas de gestión digital y big data: La digitalización integral de la gestión de embriones permite aprovechar mejor los datos y reducir la carga administrativa. Un software de reproducción asistida moderno funciona como un sistema de registro electrónico (LIMS o laboratorio inteligente) donde cada evento – desde la obtención de ovocitos, fecundación, desarrollo in vitro, vitrificación, hasta la transferencia o descarte – queda almacenado en una base de datos unificada. Esto facilita analizar indicadores clave de desempeño y resultados. Por ejemplo, mantener una base de datos estructurada de la criopreservación permite extraer estadísticas de supervivencia, tasas de utilización de embriones congelados, éxito por protocolo, etc., lo que ayuda a mejorar continuamente el proceso. Con el auge del big data, algunas clínicas están comenzando a aplicar análisis avanzados sobre estos datos históricos para detectar patrones o factores que influyen en los resultados clínicos. Al centralizar la información, también se agiliza la logística diaria: el software puede generar automáticamente etiquetas con códigos únicos, programar alertas para renovaciones de consentimiento de almacenaje, llevar la cuenta regresiva de tiempos de almacenamiento permitidos según la ley, e incluso integrarse con sistemas de facturación para la gestión de cuotas de mantenimiento de embriones vitrificados.
Inteligencia artificial (IA) para monitoreo y decisiones: La IA está encontrando múltiples aplicaciones en el laboratorio de FIV, y la criopreservación no es ajena a ello. En el contexto de conservación de embriones, algoritmos de IA pueden ayudar en monitoreo en tiempo real de las condiciones de los tanques y equipos, aprendiendo patrones para detectar cualquier anomalía (por ejemplo, un consumo de nitrógeno anormal que pudiera indicar un escape). También pueden optimizar la planificación de recargas de nitrógeno o redistribución de muestras entre tanques para mantener cargas balanceadas. Otra aplicación es en la predicción de resultados: cruzando datos de características de los embriones, protocolos usados y desenlaces clínicos, la IA puede identificar qué prácticas o insumos se correlacionan con mejores tasas de supervivencia y embarazo, brindando feedback para ajustar los procedimientos. En general, la IA funciona como un asistente silencioso que vigila parámetros clave y soporta la toma de decisiones basada en grandes volúmenes de datos, algo que manualmente sería impracticable. Si bien estas aplicaciones están en etapas iniciales en muchos laboratorios, representan un área de crecimiento futuro que puede elevar aún más la calidad y consistencia en la conservación de embriones.
Blockchain y seguridad de datos: Una de las novedades más interesantes ha sido la introducción experimental de la tecnología blockchain en la trazabilidad de embriones. Dado que la blockchain crea registros inmutables y verificables de cada transacción, algunos investigadores han probado su aplicación para documentar cada paso de un procedimiento de vitrificación y desvitrificación de manera incorruptible. Durante la pandemia de COVID-19, un laboratorio implementó por primera vez blockchain para registrar el uso de nitrógeno líquido esterilizado UVC en un programa “libre de virus” de vitrificación de ovocitos/embriones, garantizando así una trazabilidad inviolable de cada lote de nitrógeno y dispositivo utilizado. Si bien es una tecnología emergente en este campo, su potencial para asegurar la integridad de los datos de trazabilidad es muy alto, añadiendo una capa extra de confianza (por ejemplo, para auditar que no se hayan manipulado registros de quién hizo qué y cuándo). En un futuro, los sistemas de gestión podrían incorporar blockchain para que pacientes y reguladores tengan certeza absoluta sobre el historial de cada embrión vitrificado.
Todas estas innovaciones – sumadas a mejoras en dispositivos de vitrificación, sensores IoT para temperatura, sistemas de testigo electrónico ya mencionados, entre otras – conforman lo que algunos autores llaman la aplicación de “deep tech” en criobiología. Es decir, el uso de herramientas tecnológicas avanzadas (digitalización, automatización, robótica, análisis de datos a gran escala) para lograr la máxima eficiencia, eficacia y consistencia en el proceso de criopreservación de gametos y embriones. Gracias a ello, las clínicas pueden manejar volúmenes crecientes de embriones vitrificados sin sacrificar seguridad, y los pacientes se benefician de un cuidado más confiable y transparente.
Aplicar rigurosamente las buenas prácticas y las tecnologías descritas se traduce en mejoras tangibles tanto en la eficiencia operativa del laboratorio como en los resultados clínicos para los pacientes:
Mayor eficiencia y productividad: La automatización de pasos rutinarios (p. ej., documentación, identificación, monitorización) libera tiempo del equipo para enfocarse en labores de mayor valor, como la evaluación de la calidad embrionaria. Por ejemplo, usar un sistema testigo electrónico ahorra minutos valiosos en cada procedimiento
Trazabilidad y cumplimiento regulatorio impecables: Al tener cada embrión trazado de forma electrónica desde el origen, se prácticamente elimina la posibilidad de confusiones en la identificación de pacientes. Esto brinda tranquilidad a las clínicas y a los pacientes, fortaleciendo la confianza en el proceso. Asimismo, una gestión documental automatizada facilita cumplir con requisitos legales de reporte y conservación de datos (por ejemplo, en algunos países es obligatorio notificar periódicamente el estado de los embriones almacenados). Ante eventuales inspecciones o auditorías, disponer de un log completo de cada muestra y haber seguido al pie de la letra protocolos validados protege a la institución y asegura que se han tomado todas las medidas para garantizar la calidad. La trazabilidad total también permite rastrear rápidamente cualquier incidencia y tomar acciones correctivas inmediatas, acotando cualquier problema.
Mejores resultados clínicos: En última instancia, el objetivo de conservar embriones es lograr embarazos exitosos en el futuro. La combinación de vitrificación con altos estándares y control tecnológico maximiza las probabilidades de éxito. Estudios longitudinales indican que cuando la criopreservación se realiza con técnicas optimizadas y estricto control de calidad, las tasas de supervivencia embrionaria post-descongelación son altísimas, manteniendo intacto el potencial de implantación del embrión.
Esto se traduce en altas tasas de embarazo clínico y nacimientos tras transferir embriones vitrificados, comparables a las de embriones frescos en muchos casos.
En la era actual, apoyarse en herramientas tecnológicas avanzadas ya no es opcional, sino parte integral de las mejores prácticas. REPROCopilot es un claro ejemplo de cómo la innovación puede aplicarse para automatizar y optimizar estos procesos en las clínicas de reproducción asistida. Esta plataforma integral, diseñada específicamente para centros de fertilidad, incorpora una solución de criogestión y trazabilidad impulsada por inteligencia artificial que lleva la conservación de embriones vitrificados al siguiente nivel.
Con REPROCopilot, los profesionales disponen de un software de infertilidad y reproducción asistida todo-en-uno que conecta el laboratorio, la base de datos de pacientes y el criobanco de forma fluida. Su plataforma de criogestión monitorea en tiempo real las muestras congeladas, registrando automáticamente cada entrada y salida de embriones de los tanques con lectores inteligentes y algoritmos de IA que verifican concordancia de identidad. Esto asegura que cada embrión vitrificado esté correctamente etiquetado, ubicado y vinculado a su historial clínico sin esfuerzo manual. Además, gracias a la inteligencia artificial, el sistema puede predecir necesidades – por ejemplo, alertando de mantenimientos de tanques o sugiriendo reorganizar muestras de acuerdo a su antigüedad o prioridad clínica – optimizando la operación del criobanco de forma proactiva.
La trazabilidad queda garantizada al 100%: desde el momento en que un embrión es vitrificado e ingresado en la base de datos, REPROCopilot crea un registro permanente y auditable de cada movimiento. Los embriólogos pueden consultar en segundos la información de cualquier pajuela (contenido, fecha de congelación, ubicación exacta, etc.), lo que agiliza enormemente la toma de decisiones cuando se planifica una transferencia o se actualizan los consentimientos con la pareja. Por otro lado, la plataforma ayuda a estandarizar las buenas prácticas, guiando al usuario con listas de verificación y protocolos digitales en cada paso para no omitir controles importantes.
En términos de eficiencia, REPROCopilot reduce la carga administrativa: genera reportes automáticos, lleva las estadísticas de uso y éxito de embriones congelados, y se integra con otras áreas (consulta médica, enfermería, etc.) de modo que toda la información relevante esté centralizada. Esto no solo ahorra tiempo, sino que disminuye errores de transcripción y garantiza que el flujo de trabajo del centro sea más ágil y preciso.
En resumen, REPROCopilot materializa cómo la tecnología puede apoyar a las clínicas y profesionales de la salud reproductiva en la gestión de embriones vitrificados con estándares de excelencia. Al adoptar una plataforma inteligente de criogestión y trazabilidad, las clínicas de reproducción asistida pueden enfocarse en lo más importante – brindar la mejor atención a sus pacientes – mientras confían en que los aspectos técnicos y de control de calidad en la conservación de embriones están resueltos de forma óptima. Integrar soluciones como REPROCopilot significa dar un paso hacia el futuro de la reproducción asistida: uno donde la innovación tecnológica y las buenas prácticas van de la mano para mejorar la eficiencia del laboratorio, la seguridad de las muestras y, en última instancia, los resultados clínicos.
Fuentes: Las recomendaciones y datos mencionados se basan en guías de práctica y estudios recientes, incluyendo directrices de ESHRE/ASRM sobre laboratorios de FIV, artículos sobre sistemas de trazabilidad y criopreservación segura rbmojournal.com, i-ceat.com, pmc.ncbi.nlm.nih.gov, así como noticias e innovaciones tecnológicas en el manejo de embriones vitrificados, tmrwlifesciences.com, pmc.ncbi.nlm.nih.gov, entre otros. Estas referencias respaldan la importancia de combinar mejores prácticas con herramientas avanzadas para optimizar la conservación de embriones en beneficio de las clínicas y sus pacientes.